Que
recuerdo ver la cabrera de fondo, y saber que por hay he estado subido como las
cabras montesas, con personas como Ricardo e Ismael (mi maestro de mis pocos
conocimientos de escalada).
Presagio
según me levantó a desayunar, que hoy voy a tener una buena carrera!!!!! Me
encuentro descansado y con ánimo de evadirme de los problemas, después de una
semana de ajetreo en el trabajo.

Vamos
a reconocer el circuito –Ernesto, Vicente y un servidor-, ya que durante la
semana fue imposible. Después de una vuelta de 30 minutos reconociendo el
circuito, las conclusiones son raras, un circuito que vale cualquier
configuración de bici, 29”, 27,5”, 26, dobles, rígidas, etc., etc., yo opto por
la único que tengo, no hay mas, eso si al final monto el 32 en mi XX1. Tenia mi
duda de montar 34, pero acerté de la mano de Diego Ramos, que me asesoró bien .

Circuito
que carecía de señalización suficiente, algunos tramos se perdían, como no
estuvieses con las 6 sentidos ¡líooo, tras lío!! –se agradece mucho el no estar
pendiente del trazado del circuito. A mejorar-. Es más, algunos acortaron
algunos metros, consciente e inconscientemente.
Una carrera,
que desde el principio, marche con buen ritmo, pero no fue hasta las segunda
vuelta donde empecé a mejorar mis sensaciones, viendo como el trabajo de paso
de hormiga, se recompensa con pie de elefante. Costó y mucho, -no hay esfuerzo sin sufrimiento-
colocándome 6 y acabando en un 7º puesto. Y un 8º puesto en la general, que tiene muchas
horas de sacrificio detrás.